La experiencia de salir del armario es diferente para cada persona, sin importar su identidad. No hay una sola forma de salir del armario. No todos pueden hacerlo debido a su entorno o apoyo, por lo que es importante no apresurarse uno mismo ni apresurar a otros. Considera los siguientes puntos a medida que piensas sobre tu decisión de salir del armario:
¿Te sientes seguro emocional, física, financiera o espiritualmente?
Si no le estás contando a todos, ¿la persona a quien se lo estás diciendo es digna de confianza?
¿Cómo es tu sistema de apoyo? ¿Tienes amigos, familiares, profesionales o compañeros que podrían ayudar?
¿Has considerado tus propias respuestas emocionales o físicas a cómo puede reaccionar cada persona a quien se lo vas a contar?
¿Tienes alguna idea de los recursos locales, o nacionales, que posiblemente podrían ayudarte en tu proceso para salir del armario?
Recuerda, el recorrido de cada persona es diferente y solo tú puedes saber cuándo es el mejor momento para salir del armario.