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La mayoría de los adolescentes dicen que hablar con sus padres sobre las relaciones sexuales, el amor y las relaciones no es algo que quieren hacer. Algunos adolescentes dicen que les da miedo hacerlo. Sin embargo, el hecho es que la mayoría de los adolescentes hablan sobre las relaciones sexuales y la sexualidad con uno de sus padres, un tutor legal o algún otro adulto de confianza. ¡Tú también puedes hacerlo! Estas son algunas de las razones por las que deberías hacerlo y algunos consejos para ayudarte a tener una conversación abierta y continua:

La mayoría de los padres quieren hablar sobre las relaciones sexuales con sus hijos. Los adultos también se pueden poner nerviosos cuando hablan sobre las relaciones sexuales, especialmente con sus hijos. Si nunca has hablado sobre relaciones sexuales con tu madre, tu padre o tu tutor legal, o si no lo has hecho en mucho tiempo, podría ser porque sienten raro tocar el tema.
Los adultos pueden darte algunos buenos consejos. Tus padres, y todos los adultos, también fueron adolescentes. Sin duda sus experiencias como adolescentes no fueron exactamente iguales a las tuyas, pero podrían no haber sido tan diferentes como crees.
Tus padres realmente saben mucho más que tus amigos. ¡A la mayoría de las personas, cuando crecen, les sorprende descubrir lo inteligentes que realmente son sus padres!
Cuando hablas con tus padres sobre temas como la pubertad, las citas y las relaciones sexuales, puedes aprender algunas cosas que te ayudarán a entender por qué se sienten como se sienten, y cuáles son los valores y las creencias morales de tu familia sobre esos temas y comportamientos. Incluso podrías escuchar alguna historia divertida o embarazosa sobre sus años de adolescencia.
Puede ser que no creas que tus padres saben mucho sobre la forma correcta de actuar en una relación. Podrías sentir que cualquier consejo que te den es como que te están diciendo «haz lo que te digo que hagas, no lo que yo hago». Eso está bien. No juzgues. Solo quieren que tomes decisiones inteligentes y algunas veces esas pueden ser mejores decisiones de las que ellos tomaron para sí mismos.
Cuando empiezas una conversación sobre temas importantes como las relaciones y las relaciones sexuales, ayudas a tus padres a entender que estás creciendo y siendo maduro.
Si les dices a tus padres que estás utilizando, o quieres conseguir, condones o anticonceptivos, es posible que se sientan alterados o tristes porque estés pensando en tener o ya teniendo relaciones sexuales, pero estarán contentos de que quieras protegerte. Saben que la prevención es una medida inteligente, incluso si no quieren admitirlo.
No tienes que contar a tus padres cada pequeño detalle sobre lo que está ocurriendo en tu vida. Si prefieres mantener algunos detalles en privado, ¡esa es tu decisión!
Cada conversación no tiene que ser muy importante o significativa ni tampoco tiene que ser larga. De hecho, es mejor dejar la puerta abierta para otra conversación más adelante de manera que puedas continuarla.
Negarse a hablar, esconder cosas o mentir sobre lo que te está ocurriendo podría hacer que tus padres sospecharan sobre lo que estás haciendo. Hablar con ellos puede darles razones para confiar en ti y darte la privacidad y el espacio que quieres.

Algunos padres no quieren o pueden hablar abiertamente con sus hijos sobre las relaciones sexuales. Si te encuentras en esa situación, busca a otro adulto de confianza con quien puedas hablar. Puede ser un abuelo, una tía favorita o un maestro. Algunos adultos (como médicos y consejeros) en realidad son expertos en relaciones, sexualidad y adolescentes.

Lo importante es tener a un adulto en quien puedas confiar y depender para hablar cuando necesites hablar sobre las relaciones sexuales.